LA SABIA NATURALEZA Y EL ALIMENTO MÁS COMPLETO
· LA LECHE HUMANA CONTIENE TODAS LAS VITAMINAS, PROTEÍNAS, AZÚCARES, MINERALES, HORMONAS, ENZIMAS Y GRASAS EN LA CONCENTRACIÓN IDEAL. PROTEGE DE LA DIABETES, LA MENINGITIS, LA MUERTE SÚBITA, EL LINFOMA Y LA LEUCEMIA. DESARROLLA EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL Y EL COEFICIENTE INTELECTUAL.
· LA LECHE MATERNA, CONTIENE LOS ANTICUERPOS ESPECIALES QUE PROTEGEN EL BEBÉ, ADEMÁS DE LAS INFECCIONES RESPIRATORIAS, DEL ASMA, DE INFECCIONES DE OÍDO, DE TIPO GASTROINTESTINAL, DE LAS ALERGIAS, ENTRE OTRAS. REDUCE EL RIESGO DE MALNUTRICIÓN INFANTIL Y EVITA EL ESTREÑIMIENTO.
· SEGÚN LA OMS, EN LA MADRE DISMINUYE LOS RIESGOS DE CÁNCERES GINECOLÓGICOS (MAMA Y CUELLO UTERINO) Y DE OSTEOPOROSIS. DURANTE ESTE PERÍODO, SE SEGREGAN HORMONAS COMO LA PROLACTINA Y LA OXITOCINA, QUE PRODUCEN BIENESTAR EN LA MUJER Y LA HACEN SENTIR EN MAYOR CONTACTO CON SU HIJO, LO QUE PREVIENE LA DEPRESIÓN.
. A la madre la protege de enfermedades con el cáncer de mama.
“Es el alimento más completo, porque puede suplir todas las necesidades del bebé de manera exclusiva hasta los seis meses y en este lapso puede protegerlo de eventos infecciosos que podrían producirle la muerte”, señala el doctor, David Maldonado, pediatra de la Clínica Palmira y docente de la Universidad Javeriana.
Para el doctor Maldonado, este alimento particular tiene características especiales o exclusivas para cada recién nacido, por ejemplo, en el caso de los niños con síndrome de Down, donde la leche adquiere un valor excepcional, evidenciado en los estudios científicos.
“Es un alimento de fácil digestión y absorción de todos sus componentes y nutrientes. Es especial para el recién nacido ya que todos sus sistemas apenas en desarrollo y consolidación”, asevera el pediatra de la Clínica Palmira
De acuerdo con los médicos, la lactancia debe ser exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida, por sus aportes entre los cuales se destacan la protección frente a las infecciones gastrointestinales, que se observa no solo en los países en desarrollo, sino también en los países industrializados.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el inicio temprano de la lactancia materna (en la primera hora de vida) protege al recién nacido de las infecciones y reduce la mortalidad neonatal. El riesgo de muerte por diarrea y otras infecciones puede aumentar en los lactantes que solo reciben lactancia parcialmente materna o exclusivamente artificial.
“Es el mejor alimento para los bebés, pues contiene todos los nutrientes que necesita para crecer y desarrollarse sano, por tanto reduce la mortalidad infantil Los niños que reciben lactancia materna durante los primeros seis meses de vida, tienen 14 veces más posibilidades de sobrevivir que los que no la han recibido”, señala la doctora, Sandra Alfaro, nutricionista y quien acaba de recibir por segundo año consecutivo el “Premio a la mejor de su especialidad, en Latinoamérica”, por la Organización internacional para la capacitación y la investigación médica”, en Argentina.
Según la nutricionista, empezar a amamantar al niño desde su primer día de vida reduce la mortalidad del recién nacido en un 45 por ciento. A la madre ayuda a bajar de peso y retornar su peso ideal, “previene el cáncer de mama, de ovario y el riesgo de osteoporosis después de la menopausia”, señala la doctora Alfaro.
La leche materna, contiene los anticuerpos especiales que protegen el bebé, además de las infecciones respiratorias, del asma, de infecciones de oído, de tipo gastrointestinal, de las alergias, entre otras. Reduce el riesgo de malnutrición infantil y evita el estreñimiento.
La OMS, recomienda el amamantamiento hasta los dos años de vida y dar exclusivamente el pecho hasta los primeros seis meses.
Para el doctor Maldonado los primeros cuatro meses, según la escuela europea, y los primeros seis meses, por la escuela americana, deben ser de alimentación con leche materna de manera exclusiva y después de estos períodos el niño ya necesita alimentación complementaria para continuar su desarrollo físico y mental.
La leche humana contiene todas las vitaminas, proteínas, azúcares, minerales, hormonas, enzimas y grasas en la concentración ideal. Protege de la diabetes, la meningitis, la muerte súbita, el linfoma y la leucemia. Desarrolla el sistema nervioso central y el coeficiente intelectual.
Según la OMS, en la madre disminuye los riesgos de cánceres ginecológicos (mama y cuello uterino) y de osteoporosis. Durante este período, se segregan hormonas como la prolactina y la oxitocina, que producen bienestar en la mujer y la hacen sentir en mayor contacto con su hijo, lo que previene la depresión.
“También es un beneficio económico para la familia, pues en sus pechos la madre almacena un alimento sano, gratuito y disponible las 24 horas”, enfatiza el pediatra de la Clínica Palmira.
El reemplazo de la leche materna es muy perjudicial. El primer contacto con leche artificial (a las pocas horas) es suficiente para que el bebé cambie su flora intestinal. Se abre la puerta al ingreso ilimitado de los gérmenes que hasta ese momento ahuyentaba el Lactobacillus bifidus, que es la bacteria presente en el 99% de la flora intestinal de un bebé alimentado con lactancia exclusiva.
La leche de vaca es muy pesada para el organismo del bebé: Daña los riñones, produce microhemorragias intestinales que le causan anemia al bebé, y predispone a la enfermedad alérgica. Las diarreas, las infecciones respiratorias y la anemia, con más frecuentes, con consecuencias en la vida adulta.
Recomendaciones
La mejor postura para amamantar al bebé es la de panza con panza (pegado al vientre).
Todo el pezón debe entrar en la boca del niño, sino se pueden producir grietas o lesiones.
Mantener una alimentación variada, natural y nutritiva.
Evitar el cigarrillo y el alcohol.
Higienizar los pezones sólo con agua.
Si los pechos están muy llenos, extraerse un poco de leche antes de dar de mamar.
Usar los brasieres o sostenes con una talla mayor para que no estén apretados.
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Componentes de la marihuana en la lecha materna.
En el estudio hebreo, los investigadores inyectaron a ratones recién nacidos un compuesto químico que bloquea los receptores neuronales sobre los que normalmente actúan los cannabinoides. A partir de ese momento ninguno de los ratones se alimentó de su madre. Una semana después, la mayoría había muerto y los sobrevivientes presentaron complejos retardos en su desarrollo.
Los investigadores hicieron un segundo experimento con los sobrevivientes. A estos les suministraron el cannabinoide principal del cannabis (el delta-9-tetrahidrocannabinol), en una dosis suficiente como para revertir el bloqueo de los receptores cerebrales de los cannabinoides. ¡Oh sorpresa! Los ratoncitos de inmediato comenzaron a alimentarse de sus madres.
“Los estudios también han demostrado que los bebés son completamente incapaces de tomar cualquier alimento si no tiene canabinoides endógenos, componentes de la leche materna.
Según los especialistas, el estudio plantea dos posibilidades: o el sistema de endocanabinoides participa del mecanismo normal de la conducta de la ingesta o desarrollan los mecanismos motivacionales que llevan a los animales a comer.
La modulación de la ingesta de alimento – para los especialistas – es un interesante disparador para futuros trabajos de investigación, pues sus resultados podrían ser de gran importancia para la comprensión y el tratamiento de trastornos de la ingesta como la bulimia, la anorexia e, incluso, la obesidad.
Ya otro grupo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, demostró en un estudio que la administración de bajas dosis de cannabinoides endógenos estimula la ingesta y revierte ciertos cambios fisiológicos que ocasionan las restricciones dietarias.
Los estudios, no sólo vienen a ratificar las bondades de la leche materna, sino que no hay nada que la reemplace, pues tiene todos los componentes necesarios para ser el mejor alimento.
En sus pechos, la mujer garantiza el tránsito saludable de los primeros meses de su hijo y refuerza en él los sistemas nervioso, gastrointestinal y vascular para toda su vida. Además de fomentar un vínculo profundo entre ambos y estimular la protección del niño.
Es de tal magnitud importancia la lactancia, que ésta no debe ni siquiera interrumpirse si la madre contrajo un resfrío, una gripe o una enfermedad hepática, como se ha difundido entre los padres y aún por el pediatra.
Los anticuerpos para hacer frente a estas patologías aparecen en la leche. En estos casos, lo importante es que la madre se lave bien las manos antes de entrar en contacto con el niño”, recomienda el especialista.
Aún hoy es materia de estudio y discusión, si el amamantamiento debe evitarse si se contrajo el virus del VIH o si se padece alguna enfermedad metabólica. Antes de tomar cualquier medicamento, que no sean los analgésicos o antibióticos de uso común, se recomienda la consulta con el pediatra y con el obstetra.
La leche materna es un alimento único e irremplazable. En cada uno de sus componentes ratifica que “la naturaleza es sabia”: alimenta, desarrolla, protege, estimula y no engorda.